Una fotografía de Evgeniy Maloletka mostrando el horror de los ataques contra civiles fue elegida como la foto del año en la última edición de World Press Photo, cuya exposición acaba de inaugurarse en Barcelona. Hasta hace unas semanas no habría hecho falta indicar el lugar de la foto, porque todo el mundo sabría que se trataba de la guerra de Ucrania, uno de los temas más abordados en este certamen.
Ahora ese dato es vital. De hecho, ha demostrado ser clave en la política internacional: lo que en Ucrania era inadmisible, en Palestina se repite cada día con total impunidad.
Y es que resulta imposible hablar de fotoperiodismo sin mencionar lo que ocurre en Gaza, han recordado los responsables del CCCB que acoge hasta el 17 de diciembre la muestra de una edición que, lógicamente, se centra en noticias e historias del año pasado.
“Un conflicto silencia a otro, pero nuestra misión es ir más allá de lo que pida la sociedad para que no se pierdan de vista las guerras”, ha reivindicado Emilio Morenatti durante la presentación de la exposición.

Una foto realizada por la fotógrafa Maya Levin del entierro de la periodista Shireen Abu Akleh asesinada por el ejército israelí sí que forma parte de esta exposición, junto a un panel de Reporteros sin Fronteras sobre la libertad de prensa en el mundo. Precisamente la censura de la exposición de World Press Photo en Hungría ha sido otro de los temas abordados durante la rueda de prensa.
“Llevamos 30 años en mismo museo y se ha notado el cambio en los primeros años. Ha sido la primera vez que en Europa tenemos problemas”, ha explicado Martha Echevarria de World Press Photo refiriéndose a las tiranteces con el gobierno de extrema derecha de Viktor Orban.
“Nos anestesiamos”
El año próximo, claro, Palestina será la protagonista de muchas imágenes e historias. “World Press Photo lo vas a tener difícil hay muchas imágenes buenas, aunque en realidad la mayoría son vídeos”, apuntaba Morenatti, aunque reconocía que llega un momento que la sociedad se anestesia, que no quiere ver más imágenes de niños muertos.

Su reportaje “War Wounds” sobre civiles que han sufrido amputaciones en la guerra en Ucrania recibió una mención de honor y cuenta con un espacio destacado en la exposición de este año.
También César Dezfuli, el único español ganador de un World Press Photo 2023 con su trabajo de largo recorrido “Passengers” que quiere abordar el tema de los migrantes desde una perspectiva diferente. Historias con nombre propio frente a cifras y colectivos. Y una visión mucho más amplia que la de las noticias sobre la tragedia permanente en el Mediterráneo.

«La ruta de migración es mucho más larga, cruza Libia, el desierto…», recordaba Dezfuli, que a través de sus imágenes cuenta cómo ha cambiado la vida de las personas que iban en uno de los cayucos que llegaron a la costa de Europa. Con 75 de ellos, explicaba el reportero, ha conseguido contactar para volver a fotografiarles tiempo después tras el retrato que les hizo a la llegada.
La exposición, organizada por decimonoveno año consecutivo por la Fundación Photographic Social Vision con la coproducción del CCCB y la colaboración principal de la Fundación Banco Sabadell incluye un total de 119 fotografías.
Además, este año se amplía el programa de visitas guiadas presenciales que se ofrecen, siempre con reserva previa, tanto al público general -este año también en fines de semana- como a centros educativos y a empresas.
Sí, sí, la agenda del World Press Photo está clarísima, y la de Photolari también.
Y la contra-agenda también está muy clara, todo hay que decirlo.
Yo también pienso que la tierra es plana.
+1
Tantas noches montando jaleo en Ferraz, no debe sentarles bien.
Toda la razón en cuanto al concepto de «sociedad anestesiada», siendo muy educado usando esa descripción, claro. Esos tiempos en los que una foto tenia el poder de acabar con una guerra (en cierto sentido) pasaron. Son demasiadas imágenes, y llega el punto en el que «nos la suda a todos» lo que pueda estar ocurriendo fuera de nuestras fronteras.
Pasa igual con la fotografía actual (en general), deben ser ya trillones de imágenes las que pululan por la nube, al final todo se ha banalizado gracias a esa embriaguez de imágenes en la que nos hemos sumergido.
Toda la razón. Ante la visualización inmediata de cualquier suceso y/o acontecimiento en la RRSS ya no impacta la IMÁGEN. Cuando no existían los móviles con cámara el tener una imágen inmediata costaba, a no ser que te pillase en momento y lugar. Quizá por eso antes había imágenes icónicas que todos mantenemos en nuestra retina, imágenes que hacían reflexionar sobre aquello que había ocurrido. Imágenes que por sí solas contaban una historia. Eran portada de prestigiosas revistas y publicaciones. Hoy en día todos estos fotorreporteros que se juegan la vida, que ofrecen la calidad tanto técnica como visual, compiten con cualquiera que, con un móvil, se hace eco del suceso y es vista inmediatamente una innumerable cantidad de personas.
Mi admiración a todos esos profesionales.
Buena parte del problema viene por las plataformas en la que se visualizan hoy las fotos (Instagram, por ejemplo), que son una puñetera porquería.
P.S. Olvidé una reflexión más sobre el periodismo de guerra (fotógrafos y plumillas). Todos esos profesionales que se juegan la vida (bastantes hasta la pierden) ¿le verán algún sentido al producto de su trabajo sabiendo que lo que hacen no surte el efecto deseado? Es decir, se informa entre otras cosas para que tal información sirva de algo, que esta produzca un efecto que aporte posibles soluciones, ¿no?
¿A esta sociedad anestesiada dirigida por políticos vendidos al auténtico poder (Caballero D. Dinero) se le deben echar perlas? ¿aprecia nuestra sociedad tales sacrificios? me temo que no. Y al final algunos aun sabiendo esto pensarán (y con razón) que alguien tendrá que decirlo (lo del rey, que va desnudo).
Pocas ediciones me he perdido, un certamen de gran calidad.
WPP y otros me alejan cada vez más de «la foto» perfecta para, acercarme más al proyecto/trabajo, ya sea de corta-media o larga duración.
Valoras más el conjunto de fotos más que «la foto». (Aun que claro esta, hay instantaneas que impactan i resaltan más que otras)
Y respecto a lo de anestesiados..no estoy del todo de acuerdo, pues hay una buena parte de la sociedad que es consciente y mira de aportar su grano de arena.
¿Que es insuficiente el que un ciudadano, por ejemplo, colabore economicamente con una o varias ONG? Tal vez no es suficiente, pero seguro que es mucho más de lo que hacia su padre o abuelo hace 30 años atras.
Un debate, pues.
Sea como sea, el WPP o VISA Pour l’IMAGE (dos certamentes parecidos, que tenemos a la esquina de casa) siempre transmiten profesionalidad, calidad y veracidad en grandes dosis. (Al menos a mi, me dejan de todo menos anestesiado)
Citas imprescindibles.