
Que una marca de fotografía utilice imágenes disparadas con un modelo de la competencia no es nada nuevo. De hecho, durante mucho tiempo las fotos de producto de muchas cámaras no estaban hechas con equipos de la propia marca -sobre todo si hablamos de algunas de las compañías más recientes del sector- lo que siempre daba pie a todo tipo de bromas recurrentes.
Ahora Canon Italia ha protagonizado una historia digna de los mejores guionistas. De esas que hacen frotarse las manos a cualquier medio de comunicación con ganas de animar un poco este sector a veces tan aburrido. Sí, exactamente, como nosotros.
Y es que el supuesto error de Canon Italia es de esos para enmarcar: usar en sus redes sociales una fotografía sin mencionar al autor, aparentemente robada y sin darse cuenta de que la imagen estaba disparada con una Fujifilm.

Tras unos cuantos días de críticas y bastante cachondeo con el tema, Canon Italia acaba de dar su versión de los hechos, asegurando que ni la foto es robada ni está hecha con una cámara de la competencia. ¿Se acabó la diversión? Pues en realidad no, porque basta ver la foto publicada y la original hecha por Elia Locardi para darse cuenta de que los parecidos son más que razonables.
Tal y como explican en FStoppers -que están siguiendo el culebrón al minuto porque la foto original fue publicada por ellos como parte de un tutorial- la foto fue descargada por Canon desde la página Unsplash, donde se ofrecen imágenes gratuitas y libres de derechos, incluso para uso comercial. Dejando a un lado si una marca que trabaja con fotógrafos tiene que recurrir a este tipo de recursos y puede permitirse el lujo de olvidarse del autor la historia se complica un poco más.
En esta web el autor de la foto es un tal Greg Paul Miller, que asegura haber disparado con una Canon EOS-1D Mark IV y un 50 milímetros. Y aunque es cierto que hay diferencias entre la fotografía de Locardi y esta, basta fijarse en las nubes para darse cuenta de que estamos ante un trabajo a partir del RAW original -colgado en el citado tutoría de FStoppers– sobre el que se han añadido más elementos y cambios en la iluminación.
Así que parece que el error de Canon finalmente es bastante menos grave de lo que parecía y que, en todo caso, la responsabilidad debería recaer sobre quien se apropió de una imagen creada a partir de un RAW ajeno o, al menos, con bastantes partes de él.
¿Moraleja? Además de no ir por ahí robando RAWs, si eres una marca de fotografía y externalización tus redes sociales, mejor explícale a la agencia en cuestión que las fotos tienen autor y que si buscas imágenes gratuitas, te puedes llevar algún susto.