Por Cristobal Benavente (Sales de Plata). Es duro admitirlo, pero si lo pensamos con frialdad, la fotografía digital sólo ha sustituido la película por un sensor digital, pero, en general, todo lo demás se ha mantenido inalterable.

Conceptos como apertura, velocidad, enfoque y sensibilidad han pasado por automatismos y perfeccionamientos técnicos, pero en esencia son los mismos. Y en cuanto alguien los domina puede manejar cualquier cámara que se haya fabricado jamás. O, al menos, ubicarse con ella, que no es poco.

Todo esto se evidencia en el concepto, cada vez má en boga de las retro-digitales: las primeras cámaras digitales que salieron al mercado disponibles al gran público y que en la casa de la mayoría de nosotros tomó forma en cámaras point and shoot, herederas de las míticas Olympus Mju de película.

La cámara que tenía un videojuego (en 1998)

Hoy en día parece casi arqueología desempolvar cámaras de este tipo, pero hay algo extrañamente atrayente en ellas. Sobre todo cuanto al manejo, en el que usuarios habituales de fotografía analógica se sienten muy familiares-

Pensemos en el caso de la Canon EOS 1n – Kodak DCS 520, una réflex de Canon adaptada por Kodak para tener un sensor digital en el lugar en el que iría el carrete. Se presentó en la feria PMA de 1998 con un precio de 14.995 dólares. Hoy ronda los 150 euros

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Lo del Pong no era broma (Foto: Sales de Plata)

Es o era una cámara en la que, salvo por las opciones de grabación de la imagen, todo el manejo es igual que el de la cámara de película en la que está basada. Se puede hacer todo sin tener que bucear lo más mínimo en los menús.

Por cierto, el hecho de que incluyeran el Pong como videojuego jugable dentro de la cámara nos hace pensar que en realidad no se tenía tan claro por dónde irían los tiros de eso tan novedoso que era la fotografía digital.

Volviendo a lo mundano, los ‘2000 vieron con ellos la entrada de las cámaras compactas, así como de los primeros teléfonos móviles con cámara integrada. Poner en marcha una compacta de esta época es sorprendentemente parecido a tirar con una de las de toda la vida.

Visor y pantalla

Para empezar, en muchas de ellas, ni siquera se enciende la pantalla por defecto sino que la cámara confía en que usaremos su visor óptico. Básico, casi como el de una desechable, pero usable.

La pantalla se puede activar, pero es «algo más», no «lo único». Asimismo, prácticamente todas siguen confiando su uso en botones fijos en los que, por ejemplo, al pulsar el flash pasamos de «auto» a «forzado», «desactivado» o la cláscica «reducción de ojos rojos».

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Considerando el precio del carrete, es lógico comprender por qué estas cámaras están subiendo en popularidad con los años: se busca la esencia del analógico sin tener que pasar por sus elevados costes. No debería sorprendernos, es a lo que toda la gama X100 de Fujifilm lleva aspirando tanto tiempo con sus visores ópticos y su estética a lo Leica.

¿Y la calidad? Es baja, obviamente. Hablamos de cámaras que tienen entre 1 y 3 megapixels y en las que el ISO rara vez supera 400. Son buenas para imprimir hasta 10 x 15 cm, en el ordenador se ven bien a pantalla completa sin pasarse.

Pero tampoco es muy diferente a lo que ocurría con una Werlisa o una compacta normalita de los años 90. Estas cámaras son para lo que son, para disfrutar de la esencia del analógico sin soltar una pasta y esto, aunque parezca mentira, se demanda.

Nostalgia, móviles antiguos y trap

Leí hace tiempo que la nostalgia va en ciclos de unos veinte años porque superado ese tiempo, la persona tiene suficente poder adquisitivo para poder darse el capricho de adquirir y usar aquello que, de niños o adolescentes se percibía como deseable.

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Por otro lado, volver al pasado es volver a la comodidad, a lo familiar, al lugar en el que uno se siente seguro. Quizás esto explica por qué ahora hay chavales jóvenes disparando fotos en conciertos de trap con móviles del año de la tana y tomándose la molestia de pasar estas fotos al ordenador.

O gente rodando videoclips con cámaras de MiniDV, porque a fin de cuentas «mola». Es el mismo tipo de nostalgia por el que Win Wenders mete en Super 8 escenas del pasado en Paris Texas: nos mueve atrás.

Hace unos dias se anunciaba la Flashback ONE35, postureo máximo -esto no es malo, ojo- que no cuenta con pantalla y sólo deja hacer 27 fotos al día, imitando al cien por cien la idea de una desechable. Por ahora, la campaña de kickstarter que han lanzado ha sido un éxito.

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A un nivel más humilde, desde Sales de Plata se lanzó hace poco la Hexa Snap Lens: lentes de desechable, recicladas, adaptadas y calibradas para poder usarse en cámaras sin espejo de Sony.

Por ahora está teniendo una excelente acogida y la opinión de los usuarios es la misma: «es como usar una desechable». La estética desde luego, la da la misma óptica. Es la que es, con todas sus limitaciones, pero funciona y además permite que sean muy económicas.

Parece que está clara la idea: se quiere tener algo que no sólo se vea más analógico sino que también se sienta así.


Cristóbal Benavente es uno de los fundadores de Sales de Plata, un espacio en Madrid dedicado a la fotografía analógica.

4 COMENTARIOS

  1. Puro postureo juvenil. Aficionados que quieren tener camara y no movil para sacar fotos pero que al mismo tiempo no tienen dinero suficiente o ganas de dejarse mas de 100 euros en ello.
    Al menos otros postureos como el carrete 35, 6×6 o placas dan calidad a raudales.
    De todos modos es divertido todos esto movimientos paralelos.

    • El motivo es como bien se explica en el artículo, la nostalgia, interés en un pasado que seguramente muchos ni hayan conocido. Aunque bueno, nostálgicos, a veces muy cansinos, abundan en todas las edades, cada uno con sus cacharros.

      Y de seguro que hay más postureo en esos individuos con equipos carísimos con <> fotoquímicos o digitales, para total, hacer fotos que podrían haberse hecho con un móvil de lo insulsas que son.

  2. Interesante y porque no, enriquecedor.

    Que en paralelo a las cada vez menos vendidas cámaras digitales y demasiado vendidos móviles, haya un mercado de cámaras retro-digitales, analogicas y supongo que en breve móviles «añunos» triunfando a su manera, me parece muy refrescante, interesante y divertido.

    Y entiendo que cada vez va a coger más fuerza todo lo alternativo pues los precios de cámaras digitales son para salir corriendo.

    Seguro que además, se aprende algo.

    Otra cosa, claro esta, es que te dediques profesionalmente a la fotografía. Allí ya toca dejar de divertirse y centrarse en material profesional de primera linea para realizar los encargos con las máximas garantías posibles.

    No creo que lo alternativo sea bien-bien postureo, creo más en buscar el disfrute de lo que sale de lo común. Total, están a precio de derribo!

  3. Esto de usar cámaras antiguas es algo que hago, así que un poco por alusiones, doy mi punto de vista.
    Empecé con la fotografía en el 98, película. Después de unos años de analógico me compre una coolpix 4300 y la olympus e500, que es para lo que me daba el sueldo. Había cámaras maravillosas que no pude comprarme en aquel entonces.
    20 años más tarde algunas de estas cámaras están a precios de derribo. La Canon G3 por la que soñaba la compré a unos 30 euros. Si fueran caras no me planteaba hacerlo, pero me compre una D700 en muy buenas condiciones por 150 euros. Y las compactas son todavía más baratas.
    Mi cámara más moderna hoy en día es una olympus em5 mark ii de 2015 y hace unas fotos increíbles. No necesito más.
    No soy un gran fotógrafo, no voy a vender mis fotos. le dejaré algunas fotos en papel a mis hijas y ya. He hecho miles y miles de fotos, y estoy aburrido de «lugares comunes».
    En vez de dejarme los ahorros en el último modelo, compro y vendo, he llegado a tener como 60 cámaras en mi casa y ahora estoy reduciendo, pero las uso y disfruto casi todas.
    Con lo que otros se pagan un carrete y revelado yo he llegado a comprarme una cámara. Como digo, solo tiene sentido si es barato. Si subiera de precio dejaría de hacerlo. Pero es simplemente divertido.
    Puedes tener la última reflex, pagarte luminar o lightroom y comprarte un cojo objetivo.
    O puedes comprarte una compacta de 15 euros, editar el jpg en el movil y seguir disfrutando de la foto de una manera más relajada.
    Me compro una compacta, la uso un mes o así y la vendo. Desde hace unos meses incluso estoy subiendo las fotos a ig (digicams_club)
    ¿Postureo? Yo no lo veo así, jajaja que con 97 seguidores en ig y la barriga de boomer no hay mucho que posturear; más coleccionismo, algo de aburrimiento y reconocer el valor de las cosas. Una cámara de hace 15 años no estaba obsoleta entonces y me resisto a creer que lo está ahora.
    ¿Podría usar el móvil? sí, pero no es la fotografía con la que crecí y me aburre.
    ¿Nostalgia? sí, supongo que una buena dosis, pero también seguir haciendo lo que disfruté entonces y sigo disfrutando ahora.
    Este mes estuve usando una Kodak c1013, con poca luz hace fotos horribles y con mucha luz no ves la pantalla LCD. Las fotos? una mierda, pero la experiencia me juego a que no tiene nada que envidiar a la Nikon Z9. Y siempre puedes sacar alguna pequeña foto que merezca la pena conservar.

    Por cierto, no por ser pelota, pero cada vez lo hacéis mejor y merece la pena más Photolari.
    Tenéis la mezcla justa de temas y comunicáis genial, a veros se sienta también mi mujer que pasa mil de las cámaras, solo porque lo hacéis ameno. Soy muy fan.

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