Aunque en Photolari no nos hemos apuntado a esa práctica tan habitual de repartir premios a destajo para quedar bien con todas las marcas, sí que tenemos dos bonitas costumbres que nos gusta repetir cada fin de año: seleccionar las cámaras más interesantes y, sobretodo, destacar los modelos más decepcionantes o prescindibles anunciados durante los últimos 12 meses.
Este 2018 ha sido una año de locos en cuanto a presentaciones, novedades y movimientos de la marcas. Así que la lista viene bien cargada.
La cámara más interesante del año: Sony A7 III
La verdad es que este año la elección es sencilla, la Sony A7 III es sin discusión la cámara más relevante de 2018. En Photolari nos negamos a usar la fórmula de «la mejor cámara del año», porque lo que es mejor o peor depende mucho de las necesidades de cada fotógrafo, pero es innegable es que la A7 III ha revolucionado el mercado.
Además de haberse vendido como churros, la A7 III puede presumir de haber obligado a Nikon y Canon a ponerse las pilas, marcando los precios y los mínimos de lo que la gente espera de una cámara de gama alta.
¿Es perfecta? Por supuesto que no, pero posiblemente es la cámara con menos pegas de la temporada y ha supuesto una auténtica sacudida del tablero de juego.
Premio «Sí pero no»: Nikon Z6 y Z7 y Canon EOS R
Probablemente las cámaras más esperadas del año, y también las más vapuleadas. Las incursiones de Canon y Nikon en el segmento de las cámaras full-frame sin espejo ha sido uno de los momentazos de la temporada y terreno abonado para las críticas más feroces de los fanáticos de cada lado.
A ver, las Nikon Z y la Canon EOS R son cámaras estupendas, cualquier otro año podrían haber ocupado el primer puesto de esta lista. El problema es que han tardado mucho en llegar y, sobretodo, que han llegado el año que Sony se ha comido el mercado.
Habrá que ver qué tienen preparado las dos marcas para el año que viene, pero la sensación es que la gran apuesta de Canon y Nikon esta temporada no ha convencido a todos pese a que, insistimos, por aquí tenemos muy claro lo que son: dos excelentes opciones para los que ya son usuarios de las respectivas réflex de cada marca y quieren cambiar a las sin espejo sin complicarse mucho la vida.
El sorpresón de la temporada: Fujifilm X-T3
Cuando se presentó no le hicimos mucho caso -hubo mucho ruido informativo esos días-, pero con el tiempo se ha convertido en una de nuestras cámaras preferidas de este año. La Fujifilm X-T3 es, por precio y prestaciones, la gran sorpresa de 2018.
Una cámara que mejora con creces a su predecesora, tanto en fotografía como a la hora de grabar vídeo, y que encima se atreve a bajar el precio de lanzamiento. Por 1500 euros es difícil encontrar una cámara APS-C con mejores resultados.
Premio «hacedme caso, por favor»: Fujifilm X-H1
Y precisamente la grata sorpresa que ha supuesto la X-T3 ha condenado al olvido, aun más si cabe, a la Fujifilm X-H1, que también salió en 2018 aunque nadie se acuerde. La que se supone que es la cámara más profesional del catálogo de Fuji cada vez tiene un encaje más complicado en el mercado.
Y es que a parte del estabilizador y de un diseño más contundente, cuesta encontrar ninguna razón para comprar la esta cámara por delante de la X-T3, que ademas es más barata. Veremos qué ocurre con esta saga en 2019, por el momento la X-H1 seguirá vagando por el desierto reclamando un poco de atención.
La cámara más decepcionante: Yashica Y35
Tantas esperanzas habíamos puesto en el retorno de Yashica a la fotografía que hasta nos habíamos postulado como embajadores de la marca. Y es que con sus fantasticos vídeos promocionales nos engañaron a todos, la Yashica Y35 parecía un juguete perfecto para volver a la esencia de la fotografía sin gastar un montón de dinero en revelando.
Pero al final la cosa ha acabado en decepción, y no porque la Yashica Y35 no sea un cámara interesante a su manera, si no porque la ejecución es nefasta.
La primera vez que tuvimos la cámara en las manos pensamos que saldría un muelle del objetivo con una cara sonriente y que todo había sido una broma. Pero no, la Yashica Y35, sus «carretes» digitales digiFilm y su tacto plasticoso son una terrible realidad.
La cámara más prescindible: Zenit M
Pero al menos la Yashica Y35 es una cámara original, y nos hemos reído un rato con ella. No como con la Zenit M, que este año es la flamante ganadora al premio de cámara más prescindible de 2018. Una cámara que no aporta nada, que le importa a muy poca gente y casi nadie se comprará.
Y eso que una vez más, y haciendo gala de nuestra clarividencia, en Photolari habíamos puesto muchas esperanzas en la irrupción de la mítica marca rusa en la fotografía digital. Nos hubiera encantado ver de nuevo uno de esos tanques de Zenit, cámaras que servían para hacer fotos y para partir nueces.
Pero la realidad una vez más nos dio una bofetada en toda la cara. La Zenit M no es más que una versión de la Leica M que cuesta 5000 eurazos. Los que esperábamos una cámara digital con espíritu soviético sentimos una gran rechazo ante esta chorrada que solo comprarán multimillonario Rusos. Un pena.
La cámara más original: DJI Pocket
En el terreno del vídeo ha habido novedades interesantes como la Panasonic Lumix GH5s, la Blackmagic Pocket Cinema Camera 4K o la GoPro Hero 7, pero ninguna es tan original como la Osmo Pocket que DJI se saco del bolsillo -nunca mejor dicho- hace apenas unos días.
Y es que hasta el momento a nadie se le había ocurrido llevar un estabilizador gimbal de tres ejes a una cámara tan pequeña. Porque la Osmo Pocket es de bolsillo de verdad, cabe incluso en el bolsillo de unos tejanos bien ceñiditos. Todo un golpe sobre la mesa de DJI para competir con la GoPro Hero 7 y su estabilización Hypersmooth.
La cámara más loca: Zeiss ZX1
Compacta, de formato completo, con un monitor táctil de 4,3 pulgadas, disco duro de 512 GB y, atención, Adobe Ligthroom instalado en la propia cámara. Esta es la delirante carta de presentación de la Zeiss ZX1, lanzada en la pasada Photokina y que aun no tiene fecha oficial de salida. De hecho algunos ponemos en duda si llegará a salir algún día.
Tiene mérito destacar con tanta claridad en un año en el que han habido lanzamiento muy locos, pero la propuesta de Zeiss es de esas que te dejan con el culo torcido. A ver si en 2019 podemos probar eso de editar una foto en Lightroom desde la propia cámara.
Al hablar de la A7III se os ha colado la foto de la A7R. La verdad es que frontalmente son indistingubles salvo por el nombre del modelo que si no fuera porque es de distinto color, casi ni eso se notaría.
Un saludo y feliz año a todos los fotolarianos y que los Reyes Magos os traigan alguna cosilla de esas para completar equipo.
PD: Los Reyes Magos de Photolari ¿van en camello o en llama?
La Nikon importante es la Z6. Esa el la que va a marcar el rumbo de ventas de Nikon.
Pensando en el tamaño (grande) nos olvidamos a menudo de lo pequeño. Otra cámara muy interesante, aunque solo sea m4/3, es la Panasonic GX9.
La cámara que animó a Canikon a mover ficha en el mundo FF sin espejo no pudo ser la A7III ya que el desarrollo de sus modelos tenía que estar ya completamente realizado. Tuvo que ser necesariamente la serie anterior (A7II y sus variantes A7IIR y A7IIS y especialmente la A9) la que les dio el bofetón que las despertó del letargo.
La primera generación no inquietó a nadie y se vio como el experimento de un novato, pero la segunda generación demostró dos cosas: que Sony iba en serio y que el nuevo sistema podía ser competitivo.
A esto hay que añadirle también los movimientos del resto de compañías aunque no fueran FF.