La fotografía instantánea ha pasado de ser una moda a un auténtico motor económico para el sector. Al menos para Fujifilm, cuyas Instax han demostrado ser el modelo más rentable del catálogo de la compañía.
Pese a ello, no es ningún secreto que para muchos fotografía instantánea es sinónimo de Polaroid. Y que incluso hay quienes a las citadas Instax las llaman así. Con sus altibajos de los últimos años, Polaroid parece decidida ahora a tomar un nuevo rumbo.
Adiós a todos esos gadgets de dudosa calidad que se vendían con su marca, fuera también las «instantáneas» digitales, y apuesta total por las cámaras que la hicieron famosa y que siguen siendo un icono del diseño y parte clave en la historia de la fotografía.
Y precisamente la nueva I-2 refuerza esta idea y, ojo con ella, porque se presenta coma la primera instantánea profesional del mercado. Al menos la primera en muchas décadas, se entiende.
Teníamos curiosidad por ver cómo era y cómo funcionaba, así que por eso nos hemos ido hasta Chandal -tienda especializada en fotografía química de Barcelona- donde la más nueva y potente Polaroid ya está a la venta.
Tras ponerle una carga -ya se nos había olvidado cómo- nos hemos ido de paseo con ella por Barcelona para repasar alguna de sus nuevas funciones. No sabemos si el resultado dará para un fotolibro, pero lo que está claro es que este modelo quiere marcar un punto de inflexión en un segmento en el que algunos llevaban tiempo reclamando un modelo más avanzado.
La calidad de la óptica, las opciones de control manual, el visor o el enfoque por Lidar está claro que se alejan de lo que hasta ahora ofrecían los modelos de Polaroid y, en cierto modo, también todas las Instax. De hecho, la reciente Instax Pal presentada estos días parece estar en las antípodas de este rumbo que quiere marcar Polaroid.
Un camino, eso sí, que tiene un precio. Concretamente 700 euros, que es lo que cuesta esta nueva Polaroid I-2. Una cifra muy por encima de lo que cuestan el resto de modelos de la gama y que hasta ahora no sobrepasaban los 150 euros.
Hasta ahora parecía haber un mensaje implícito en la foto instantánea: las cámaras son relativamente asequibles, porque el verdadero negocio está en los consumibles. No hay que olvidar que las cargas de Polaroid con 8 fotos se mueven entre los 16 y los 20 euros.
Acaba de llegar, así que es pronto para saber cómo reaccionará el mercado. Desde Fujifilm siempre se ha dicho que no hay demanda para una instantánea profesional, pero en Polaroid parecen estar convencidos de que sí. Veremos quien tiene razón pero, de momento, nosotros hemos disfrutado mucho estrenando esta cámara y sintiendo esa presión de la copia única. Y a dos euros o más el disparo.
Ojalá Polaroid volviera a ser lo que fue, les deseo lo mejor y que vendan muchas cámaras de estas. Mi única duda al respecto es saber si tras el bajón impresionante en la calidad del material, las fotos, tras su desaparición con el cambio de soporte digital hace tres lustros, han vuelto a conseguir, o como minimo van camino de ello, de volver a ofrecer la calidad que esta «película/papel» llegó a dar.
Otro asunto, ¿son los cartuchos actuales compatibles con las cámaras Polaroid antiguas? Porque si el negocio está en los fungibles seria muy interesante que los antiguos usuarios pudieran sacar sus viejas Polaroids olvidadas en los cajones durante años.
Y por último, seria super interesante que sacaran los antiguos formatos para respaldos polaroid que se usaban en las camaras profesionales, como las Hasselblad, las Mamiya, Bronica, o incluso en el formato 4×5″. Creo que habría un sector de usuarios que estarían encantados de volver a usar esta película en sus camaras recicladas del antiguo mundo profesional.
Los respaldos polaroid que usaban los profesionales en sus cámaras de formato medio no lo hacían porque fuera «súper interesante», sino porque era la única forma de ver cómo iba a quedar más o menos la foto que estaban haciendo. Me gustaría saber cuánto habrían dado aquellos profesionales por ver el resultado final exacto en una pantalla como se puede hacer ahora.
Sobre ese sector de usuarios que estarían encantados de volver al formato medio analógico, siento volver a estar en desacuerdo, no sé por qué alguien debería querer volver a algo que dejó porque era infinitamente más caro, infinitamente más incómodo para trabajar e infinitamente más lento, pues no podías ver los resultados in situ. Sería algo para una minoría de snobs con mucho dinero, que poco después se encapricharían con otra cosa y se olvidarían de su super interesante cámara.
He matizado en mi anterior mensaje que el sector de usuarios de cámaras de medio formato ya no es el profesional.
De hecho la fotografía analógica sobrevive gracias al sector aficionado. Aunque es cierto que en algunos campos profesionales ya se está regresando a la película, por ejemplo en la fotografía de moda.
Pero la mayoría de Hasselblad antiguas ya no está en poder de los profesionales, sino de aficionados y «traders» que orientan su mercado a los aficionados.
La diferencia entre el profesional y el aficionado es que el segundo no hace fotografia para rentabilizarla, sino por placer, porque le gusta. Y son estos los que mueven lo que queda del mercado analógico.
Yo estoy seguro que si Polaroid volviera a sacar película para los antiguos respaldos de medio formato o incluso gran formato guardados en los cajones de los aficionados, habria negocio. No como antiguamente por supuesto, pero sí lo suficiente como para rentabilizar la inversión en un mercado nicho cuyo propósito no es la inmediatez ni la amortización económica, sino el puro placer de fotografiar.
18 pavos el cartucho de ocho fotos. Desde los loquitos que decían que les envenenan con las vacunas mientras se fuman 20 cigarros al día, no vi mayor tonteria.