Hay historias que necesitan ser fotografiadas para que nos revelen su noble esencia. A través de estas fotografías, os quiero invitar a un viaje de trashumancia por las vías pecuarias de la provincia de Jaén, uno de los últimos reductos en España donde la trashumancia aún está viva, aunque con la sensación de ser testigo de la decadencia de una forma de vida milenaria.

A lo largo de nueve trashumancias he vivido con los hermanos García Rico, pastores trashumantes de Santiago de la Espada en Jaén, la magia y la dureza de este ir y venir entre ‘vereas’. Ellos me han enseñado muchos conocimientos que no están en los libros sino en la sabiduría empírica de los pastores.


La trashumancia es el movimiento estacional del ganado en busca de la primavera eterna. A finales de otoño, cuando el frío y la nieve cubren los pastos de la Sierra de Segura, es el momento de bajar a sus rebaños a través de la vías pecuarias, a las dehesas de Sierra Morena.

Aquí pasarán el invierno aprovechando los verdes pastizales y una temperatura más benigna. El calendario biológico del rebaño se pone de nuevo en marcha a finales de la primavera, cuando el calor comienza a secar los pastos de las dehesas en tierras bajas, y el ganado vuelve a transitar por la vías pecuarias para regresar a la Sierra de Segura, donde pasarán el estío al abrigo del calor y con nuevos pastos disponibles.

Esto permite un aprovechamiento óptimo y sostenible de los recursos pastables que, de otra manera quedarían infrautilizados, favorece la persistencia de razas autóctonas en peligro de extinción, asegura el bienestar animal y su alimentación natural, produciendo carnes saludables y éticamente sostenibles.
Además de los servicios directos, la trashumancia presta numerosos bienes y servicios a la sociedad como el mantenimiento de las vías pecuarias de dominio público, que son corredores de biodiversidad, facilitando la conectividad de hábitats y el intercambio genético de las especies.

A lo largo de la ejecución de este trabajo, he utilizado diferentes equipos fotográficos. Actualmente trabajo con una Fuji XT3 y un zoom medio, el 18-55 mm f/2,8-4,0 OIS de fuji. Me resulta mucho más cómodo y versátil trabajar con equipos ligeros, máxime teniendo en cuenta las adversidades climatológicas del camino y la dureza de los tramos. Aquí uno siente “el duro placer de fotografiar”. Algunas tomas cenitales han sido realizadas con dron. Los patrones de movimiento del rebaño, en su comportamiento gregario, aporta una cautivadora coreografía al paisaje.

La actividad laboral que genera la trashumancia evita el despoblamiento de los parajes poco productivos contribuyendo a la fijación de la población rural, ayuda a la prevención de incendios y a la diseminación de semillas y fija carbono al suelo.

La trashumancia nos ha legado un rico patrimonio histórico, artístico y cultural que ha sido reconocido por la UNESCO como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.

A pesar de estas fortalezas, la trashumancia agoniza por la baja viabilidad económica de estas explotaciones que no pueden competir con la ganadería intensiva industrial. Agoniza por la dureza y la complejidad de conciliar la vida laboral y familiar, y por la falta de relevo generacional.

Pretendo compartir con vosotros imágenes y sensaciones que ayuden a visibilizar la labor medioambiental, cultural y económica que realizan los ganaderos trashumantes. Esta pandemia nos ha revelado el papel estratégico del sector primario y la íntima relación entre la salud humana, la salud animal y la medioambiental. Si los pastores desaparecen, desaparecerán con ellos cientos de años de sabiduría tradicional, de patrimonio cultural y de gestión ecológica del territorio.

Las fotografías nos sirven para contar historias y a veces, solo a veces, nos sirven para conectar con el espectador y crear un momento de reflexión y un intento de pasar del lamento a la acción. La trashumancia siempre ha sido sinónimo de resiliencia y aún queda vida por nuestras vías pecuarias que exige nuestro esfuerzo de conservación.
Este trabajo es un tributo personal para honrar y respetar a los animales y a los ganaderos que practican una ganadería ligada a la tierra.
Sobre el aliento de la cordura, y buscando una conexión emocional, corresponde ahora a quien ve estas fotografías contribuir a que la rueda de la trashumancia del siglo XXI siga girando alrededor del ‘ir y venir entre vereas’.
Si queréis conocer algo más de mi trabajo, os dejo mi web personal y mis perfiles de Instagram y de Facebook
Excelente trabajo!. Felicitaciones!!!!
Fantástico!
Lo mejor y más excelente que se ha publicado en este medio en sus cinco años de existencia.
Opino lo mismo. Un excelente trabajo de reportaje y bellas fotografías. Aplausos por montones.
muy bueno de lo mejor visto ultimarte .
FELICITACIONES
creo te mereces un video cafe photolari YA .
y continua con proyecto es esta genial
haz un libro o lo sea Ya
Precioso trabajo.
Photolarianos, como dice YOAN, se merece que le inviten un café y una buena charla.
Un abrazo
Reconciliación con lo más puro de la fotografia que ya creía haber perdido para siempre. GRACIAS !!
Gràcies!
Magnífico trabajo.
Cautivador trabajo para plasmar una «historia» de las que merecen la pena.
Muy buen trabajo, enhorabuena.
Espectacularmente bueno. Desde que lo vi (creo recordar en 2019) en una exposición, hoy es todavía mejor de lo que lo recuerdo. Enhorabuena Katy Gómez. Y gracias por contarlo así.
Una maravilla de reportaje.
Buenas fotografías y encuadres pero mucha herramienta de claridad, lo que distorsiona la fotografía.
Vaya, has arruinado todo mi entusiasmo !!!!
…. entusiasmo que tal vez fue prematuro.
Sin palabras
Hacía muchísimo tiempo que no veía fotografías de tan buena calidad estética, gracias
+10
Gracias por estas imágenes tan preciosas. Una buena forma de plasmar la trashumancia en imágenes.