Premium Compact Primes. Es decir, objetivos de focal fija, compactos y de calidad premium. Así presenta Sigma las dos nuevas incorporaciones a su I Series para cámaras sin espejo de formato completo: el 24 mm f2 y el 90 mm f2.8.
Con un diseño metálico muy cuidado y tamaño y peso (365 y 295 gramos, respectivamente) comedidos, las dos ópticas se presentan en versiones para el sistema Sony R y para las cámaras Panasonic, Leica y Sigma con bayoneta L.
El 24 mm f2 se plantea como una alternativa superior al reciente 24 mm f3.5 de esta misma serie, algo más ligero, compacto y económico. Ofrece una distancia mínima de enfoque de 24,5 centímetros, rosca frontal de 62milímetros y su diafragma de 9 palas promete un bokeh muy delicado.
El 90 mm f2.8, por su parte, también comparte la rosca frontal para filtros de 62 milímetros, así como el característico anillo mecánico de diafragmas de esta serie. En este caso, la distancia mínima de enfoque es de 50 centímetros.
Los dos, por cierto, suman a la tapa frontal tradicional una metálica y magnética que va incluida, además del parasol, también metálico. Respecto al precio, ambos costarán unos 620 euros.
Como usuario de la A7C, el 24 F2 me iria de perlas pero teniendo el 20 F1.8 y 28 F2 probablemente no lo usaría, el 90 F2.8 por otro lado me llama mucho más para hacer algún retrato con una focal distinta al Zeiss 55 F1.8 y sin ocupar el espacio del 105 F2.8 macro.
Me alegra que entre Sigma, Tamron y la propia Sony ya tengamos una variardad de lentes muy completa con tamaño compacto, focales típicas, calidad y luminosidad más que suficiente para un sensor FF, que además dan el pego en rendimiento AF.
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