Una nueva óptica se suma al club de los GM de Sony. Nueva pero, en realidad, muy clásico, porque hablamos de un 50 mm f1.4. La marca ya dispone de un 50 mm f1.2 en esta misma saga y de un 50 mm f1.4 firmado por Zeiss del que se supone este nuevo objetivo es la puesta al día.
Aprovechando una rápida escapada a Palma de Mallorca, nos dimos un paseo por la ciudad con este objetivo montado en una Sony A7R V. En el vídeo os contamos lo que más y menos nos ha gustado, aunque quienes anden con prisa pueden quedarse con esta idea: si el presupuesto no es un problema, es un objetivo magnífico en todos los aspectos.
¿Y cuánto cuesta? 1700 euros. De hecho, el precio ha sido retocado a la baja desde la primera vez que tuvimos información de la óptica, de ahí que en el vídeo mencionemos otra cifra más alta.
Esos 1700 euros lo convierten en una alternativa económica -y compacta- al contundente 50 mm f1.2 de Sony que anda sobre los 2300 euros. Pero también es verdad que comparado con el citado Zeiss Planar 50 mm f1.4 que puede encontrarse por unos 1100 euros, la subida es considerable.
Y quienes se estén preguntando ya por el reciente Sigma 50 mm f1.4 Art, pueden saltar al final del artículo o del vídeo porque sí, por supuesto, también hemos comparado ambas ópticas.
Buen diseño, excelente calidad
Con la misma línea de diseño que otras recientes ópticas de Sony, la verdad es que resulta complicarlo ponerle pegas a este objetivo. Sorprende su comedido tamaño y peso, sobre todo cuando se compara con otras opciones del mercado.
Es uno de los puntos que más remarca Sony en su presentación oficial, recordando que se ha conseguido reducir el peso de 780 gramos del anterior Zeiss de 50 milímetros a los 516 gramos de esta óptica.
Hablando de ese Zeiss Planar, aunque ese un objetivo que destacar por su marcado contraste, este Sony 50 mm f1.4 asegura ser capaz de superarlo. Y, dejando a un lado las comparaciones, lo cierto es que en las fotos de muestra puede apreciarse como, incluso a máxima apertura, es capaz de ofrecer un detalle y contraste muy elevados.
Como corresponde a una óptica tan luminosa, otro de los puntos a destacar es el bokeh. Sony lo describe como creamy (cremoso), y la verdad es que el término resulta bastante acertado cuando se ven los resultados.
Con diseño sellado y una buena respuesta del enfoque incluso con la A7R V que emplea uno de los sistemas más avanzados del momento, cuesta ponerle pegas a esta óptica por calidad, diseño y tamaño.
Frente al Sigma 50 mm f1.4 Art
Pero sería absurdo hablar de este nuevo Sony sin mencionar que hace pocas semanas Sigma presentó también un 50 mm f1.4 de su serie Art para las cámaras de Sony. Idénticas focales y aperturas, pero notables diferencias en el tamaño y el precio.
Superada la sorpresa al ver cómo Sony ha conseguido aligerar su óptica respecto a la versión de Sigma (516 frente a 670 gramos) y hacerla visiblemente más pequeña, el precio tampoco deja indiferente. Frente a los 1700 euros del Sony, el Sigma cuesta unos 950 euros.

¿Merece la pena pagar el doble? Esa es la gran pregunta que toca hacerse, así que hemos enfrentado ambas ópticas montadas en el mismo cuerpo de cámara para buscar las diferencias. En el vídeo os lo contamos con todo detalle, pero el resumen rápido es que el Sony se impone en calidad cuando disparamos a máxima apertura y revisamos esquinas.

Es decir, en las situaciones más complejas y en los pequeños detalles, porque por ejemplo en el centro de la imagen incluso a f1.4 ambos ofrecen un resultado excelente que sería complicado de diferenciar a primera vista en muchas ocasiones.
También marca distancias el Sony cuando comparamos el contraste, y consigue un bokeh algo más limpio. En el terreno del vídeo, el Sony está libre de efecto de respiración de foco, que sí puede apreciarse en algunas tomas grabadas con la óptica de Sigma.
Si esas diferencias en rendimiento y diseño justifican el precio es algo que el presupuesto y uso de cada usuario tendrá que decidir.