Los más veteranos seguramente recuerden cuando los Sony Xperia eran los móviles con una de las mejores cámaras del mercado. Tras unos cuantos años en los que se olvidaron un poco de esta prestación, las últimas generaciones han vuelto a la carga, poniendo sobre la mesa los terminales más fotográficos del momento.
No estamos diciendo que tengan la mejor cámara ni las especificaciones más completas. Pero sí son los únicos que están directamente pensados para fotógrafos, con aplicaciones dedicadas, un lenguaje muy fotográfico e incluso una denominación (Mark II) que a los usuarios de cámaras les sonará familiar.
Hemos estado probando durante unas semanas el Xperia 5 II, hermano pequeño del Xperia 1 II y que por tamaño y precio puede resultar una opción interesante para muchos fotógrafos.
En el vídeo os detallamos lo mejor y lo peor de este terminal y, sobre todo, podéis ver su enfoque en acción. Sin duda, su prestación más destacada y con la que de nuevo lanza un claro guiño a los fotógrafos en general y a los usuarios de cámaras Sony en particular.
No es una manera de hablar. Sony asegura que el sistema de enfoque de este Xperia 5 II está basado en el de la A9 II -la Sony A1 no existía cuando se presentó- y lo cierto es que su capacidad para detectar y enfocar al ojo sorprende mucho. En un móvil, se entiende.
Lo mejor del Sony Xperia 5 II
Las especificaciones son de sobra conocidas (3 cámaras de 16, 24 y 70 mm), siendo lo más destacable el sensor de 1/1,7 pulgadas y 12 megapíxeles de la principal. Unos datos que hace nada nos habrían parecido dignos de una de aquellas compactas de gama alta.
Aunque a la pantalla le dedicamos normalmente la atención justa -todas son mejores que las de las cámaras y las fotos se ven increíblemente bien, nunca mejor dicho- en este caso hay un detalle interesante
La proporción 21:9 no sólo permite mantener un formato bastante compacto del terminal, sino que permite combinar el visor con los mandos de control de una forma muy natural y cómoda.
Sobre todo en las dos aplicación profesionales para foto y vídeo que es donde este Xperia 5 II realmente luce sus encantos, con unos controles y un lenguaje muy fotográfico que encantará a los aficionados y profesionales del tema.
Pero más allá del espíritu fotográfico de estas aplicaciones y del espectacular enfoque, ¿qué tal el rendimiento de la cámara? Pues la verdad es que en líneas generales muy bien. Sony parece haber pasado página de aquellas fotos ultraprocesadas de hace años que se llevaban por delante buena parte del potencial del sensor, optando ahora por resultados más naturales.
De hecho, es curioso porque la sensación que hemos tenido trabajando con este Xperia y revisando las fotos es que se trata del móvil más conservador en cuanto al uso de la denominada fotografía computacional.
Aparentemente esa filosofía tan fotográfica va más allá de los menús o de poner accesible -gracias- el control de la exposición o el RAW. En plena euforia con la fotografía computacional y la IA en versión de fotografía móvil, aquí parece haber pocos trucos.
Algo que encantará a muchos fotógrafos que prefieren saber y controlar lo que pasa al apretar el disparador. Pero que, lógicamente, también tiene sus puntos negativos.
Lo que no nos convence
Y es que esa especie de pureza fotográfica va estupendamente cuando las condiciones son buenas y la luz bonita. Ahí el sensor de tamaño generoso y el 24 mm f1.7 funcionan estupendamente y dan muy buenos resultados.
Incluso en angular aguante bien el tipo y las fotos nocturnas también aprueban gracias a subexponerlas un poco y contrastar para buscar unos negros más limpios.
También es verdad que la ausencia de un modo noche que permita esos milagros de fotos a pulso de varios segundos y escenas iluminadas como por arte de magia se echa de menos en algunas situaciones. Sobre todo al compararlo con la competencia.
También algo de magia computacional cuando toca enfrentarse a luces algo más complejas y donde -tal y como puede verse en el vídeo- el iPhone 12 Pro Max, por ejemplo, gana con claridad a la hora de resolver este tipo de imágenes.
La diferencia de calidad entre la cámara principal y la angular y tele también es notable. Y del zoom digital mejor olvidarnos, por supuesto, porque el resultado en absoluto compensa poder acercarnos unos milímetros más a la escena. El purismo también era eso: menos zoom y más caminar.
¿Alguna pega más? Su diseño tan panorámico que aplaudimos al hablar de menús hace que resulte un tanto resbaladizo entre manos y fuerce unas posturas de disparo un tanto incómodas. Es verdad que lo hemos usado sin ningún tipo de funda ni carcasa, que puede ayudar a mejorar un poco la sujeción.
Por cierto, puestos a reivindicar la esencia fotografíca, nos habría gustado que en la aplicación profesional el zoom se moviera únicamente por focales reales, saltando de 16 a 24 y 70 y obviando esos milímetros intermedios digitales que siempre es mejor evitar. Se puede hacer, cierto, pero no resulta nada cómodo de manejar.
Es busca de su propio mercado
Sony parece haber entendido que su presencia en el mercado de la telefonía móvil sólo tiene sentido apostando por la especialización. Y el reciente Xperia Pro es la mejor prueba de ello.
Competir en precio o especificaciones no tiene demasiado sentido para la compañía, así que tiene mucha lógica apostar por un segmento que conoce y en el que está en auge: el de la fotografía. Queda trabajo por hacer en el apartado de la calidad para poder no sólo competir sino ganar a los terminales con las mejores cámaras del mercado tanto en foto como en vídeo.
Pero lo que queda claro con este Xperia 5 II entre las manos es que el discurso lo tiene ganado. Tal vez por eso y pese a las carencias citadas, hemos de reconocer que nos ha gustado.
Y seguramente gustará a todos esos fotógrafos que ya han superado la fase de las discusiones estériles sobre la fotografía móvil y ven el smartphone como una pieza más de su equipo fotográfico.
Habrá que ver si la apuesta de Sony con estos Xperia es rentable y de largo recorrido. Pero tener un discurso coherente y una línea clara en un mercado como este ya es algo a día de hoy.
Las focales no me gustan, habría sido mejor un 28 o un 35. Y luego tenemos la ergonomía, que es la que es, mala no lo siguiente.
Aunque tiene una cámara menos prefiero el Pixel 5 porque me gustan más sus focales y obtiene mejor nota en las reviews.
¡Ah!, y es más pequeño. Muchos móviles actuales tienen más de 16 cm de largo, una burrada incomodísima.
No se descarta como cámara viajera todo en uno. Ojalá se empiecen a generalizar los sensores grandecitos con lente de calidad en los smartphone, que ya son las nuevas compactas sin vuelta atrás.
Según No y otros gurús de la telefonografía las «lentes» de calidad no computan ya que todo lo resuelve la inteligencia artificial.
Y así es, ¿o no?