La agorafobía es un trastorno de ansiedad que se relaciona popularmente con el miedo a los espacios abiertos y las grandes aglomeraciones.

Aunque lo cierto es que los que padecen esta fobia en realidad tienen miedo al propio miedo, es decir a desarrollar estados de pánico (aumento de la frecuencia cardíaca, respiración agitada, sudor, sensación de ahogo y mareos) en entornos públicos o en situaciones en las que no pueden recibir ayuda de forma inmediata.

Así, el agorafóbico tiende a evitar situaciones potencialmente críticas tales como salir de casa, usar transportes públicos, ir de compras, comer en restaurantes o, simplemente, viajar, una actividad que ya se por sí incluye todos los escenarios anteriores.

En esta situación exacta se encuentra The Agoraphobic Traveller, un apodo bajo el que se esconde Jacqui Kenny, una artista y fotógrafa agorafóbica que, ante las limitaciones que le impone su trastorno, ha encontrado «otra manera de ver el mundo».

Ahora recorre el planeta a través de Google Street View, un servicio que le ha permitido explorar remotos paisajes en Mongolia, Senegal o la patagonia Chilena y hacerse con un extenso catálogo de fotografías, todo ello sin salir de su despacho.

Por un tiempo limitado, Google le ha dado permiso a The Agoraphobic Traveller para vender a través de internet las fascinantes capturas que ha obtenido viajando por el mundo virtual de Street View. Fotografías de paisajes polvorientos, edificios en medio de la nada, joyas arquitectónicas remotas y gente anónima congelada en el tiempo por las cámaras de la multinacional.

Las fotografías tienen un precio de 25 libras, de las cuales 10 se destinan a Brain and Behavior Research Foundation, una organización sin ánimo de lucro centrada en la prevención y el tratamiento de enfermedades mentales.

27 COMENTARIOS

  1. Que esta señora se llame fotógrafa, suena a risa, aquí se pierde toda la esencia de la fotografía. Esto tiene pinta que bajo la excusa de la fobia, quieren colocar fotos y así sacarle rendimiento a todo el despliegue del Google Street View, edulcorado con la donación de parte de la recaudación. Además, esto devalúa a los fotógrafos de viajes, quien quiera fotos sin importarle como se hayan hecho, las tiene, entonces ir “p’a ná” es tontería.

  2. Amigo Martos, creo que te equivocas recomendándome que aprenda más sobre fotografía, seguramente lo que quieres decir es que me trague esta teoría de la potsfotografía, como algo espectacular y maravilloso, que no deja de ser un corta y pega “perfumado” por las alucinaciones de los que fueron algo en la fotografía, que dejaron de serlo y no se han dado cuenta. Una fotografía por mucha teoría y mucho rollo conceptual, se compone de lo mismo, una máquina, el momento y el ojo del fotógrafo, lo demás, son otras cosas, collage, fotomontajes, o lo que nos ocupa, corta y pega de imágenes, para lo que no hace falta ni la máquina. Hay que diferenciar el hacer fotos, del trabajar con imágenes.
    De todas las maneras, todos los que sabéis tanto, mostrar lo que hacéis, para que podamos aprender los nuevos rumbos fotográficos. Un saludo.

    • Tampoco creo que la postfotografía sea algo superior, espectacular y maravilloso. Más bien creo que si nos ponemos a leer la historia desde Nadar (por ejemplo), todo ha evolucionado y es según la época en la que le toca vivir a la fotografía.

      Lo del momento discrepo, depende para que. El ojo si, que a fin de cuentas, para todo es esencial o el también llamado ojo mental como decía Ansel Adams. Tampoco trato de venderte la moto, solo te decía que lo de este articulo es fotografía, una evolución, como todo en esta vida, que compite o convive mejor dicho que la que tu dices, totalmente validas ambas, no creo que se pierda la cualidad del fotógrafo por ello.

      Esto también es hacer fotos. Tanto el ultimo libro de Mellado, como esto, guste o no, ojo.

      Y no, no se tanto de esto, lo intento, soy estudiante de fotografía.

      Es bueno debatir.

      Un saludo! 🙂

      • Como supongo que eres joven, ya el tiempo te irá diciendo que se cuece en la fotografía, ahora si el futuro es de lo que se habla en el artículo, que suerte el no tener que utilizarlo. Qué magia tiene este tipo trabajos con fotografías, más allá del hecho comercial que puedan tener. Un fotógrafo profesional, y dependiendo del tipo de fotos que haga, no se puede acordar de muchas de las fotos que ha realizado. Pero los aficionados que hacemos fotos por impulso, o por divertimento, qué sentido tiene perderte el momento de estar en un lugar, hacer la foto, y recordar a la vista de la misma, el momento, el decisivo de esa foto. Muchas fotos requieren paciencia, y más de lo que se piensa, suerte. Como estudiante de fotografía, adquirirás conocimientos que te ayudaran a hacer fotos, esa es una parte, la otra parte no se puede estudiar. Muchos de los grandes fotógrafos han sido autodidactas, o han llegado a la fotografía de rebote. Un saludo.

      • A ver si nos vamos aclarando. Yo no he criticado a esta señora, simplemente he dicho que llamarse o interactuar como fotógrafo, haciendo capturas de pantalla, pues que resulta hasta grotesco. En el artículo se la llama artista y fotógrafa, puede que sea un error a la hora de redactar la noticia, he leído unas declaraciones suyas, en las que dice que la hubiera gustado ser precisamente eso, fotógrafa, pero que la enfermedad se lo impide. En cuanto a lo que lo que hace le resulte beneficioso para su enfermedad, nada que objetar, al contrario, una demostración más que la expresión a través de imágenes es algo potente, y en este caso todas las imágenes huyen de su fobia, son sitios prácticamente aislados, sin bullicio. Creo que todos hemos utilizado el “street view” para ver sitios a los que no hemos ido, ni posiblemente iremos. En cuanto a la venta de las fotos, como está redactado suena mal, porque parece diez van a una fundación y ¿el resto?, se supone que serán los costes de impresión. Me parece que suena mejor, “lo que se recaude irá a una fundación”.

        • Seguramente eres de una generación ya lejana, como la mía. Entonces nos educaron con sistemas más propios del siglo XIX. Por resumirlo brevemente: nos enseñaron que arte en pintura era Velázquez o Goya… y ahora estamos incapacitados para admitir otros estilos completamente diferentes. Es un problema de evolución, típico del pensamiento equivocado de que cualquier tiempo pasado fue mejor… cuando es todo lo contrario.

          Un saludo

      • De la postfotografía no había oído hablar en mi vida, será por que el poco tiempo de que dispongo, lo empleo en hacer fotos y no me distraigo estas historias. La verdad es que todo esto se me asemeja a los cocineros que “gasean” la comida, se montan unas historias gastronómicas que el “crítico” de turno les compra, luego les oyes hablar y parecen científicos con el descubrimiento del siglo. Se les va la “pinza” y acaban como en el monologo de Leo Harlem, inventando lo de “olores que alimentan”.
        Y claro a los se nos saltan las lágrimas con un cocido montañés con su berza y su todo, esas fabes, o esa la tortilla con el huevo a medio cuajar, pues eso, el “gas” es para encender la cocina…”joer” que a estas horas se me abre el apetito. Un saludo.

        • Pareciera que hubiese que elegir entre una u otra. Me gustan las alubiadas, con sacramentos y todo, y disfruto con menús de esos cuyo nombre de cada plato se sale de la carta. Me niego a decir que una cosa sí sirve y que todo aquello que se sale de ahí es mierda perfumada. No me gustan los talibanismos. En el arte tampoco. Supongo que se trata de más abrir más la mente y etiquetar menos.

          Saludos.

        • Jajajaaaaa… Sí, yo también prefiero ese cocido y, como a ti, otras «exquisiteces» modernas no acabo de entenderlas. Pero a diferencia tuya prefiero no denigrar el mundo que desconozco en favor del clásico en el que me encuentro más cómodo. Simplemente entiendo mis limitaciones y, por qué no decirlo, la de aquellos que me criaron, mis progenitores. Nosotros éramos chicos de buena educación, pero de una educación impuesta, no libre, donde solo valía mirar al frente, como todos, y al que se salía del tiesto le daban estopa. Lo siento, prefiero estos tiempos aunque algunas cosas me irriten un poco.

          Un saludo

          • Para Iban y Robin, yo no demonizo las diferentes tendencias que pueda haber dentro de las diferentes formas de expresión, foto, pintura etc. las cuales tendrán sus seguidores y sus no seguidores. En el caso que nos ocupa y como ya he explicado en el comentario de un poco más arriba, no me parece que esto sea un trabajo fotográfico como tal. Que es o se llama postfotografía, pues vale, es una forma elegante de llamar a un copia y pega. Y no hay nada más, al que le guste y le parezca un trabajo meritorio, perfecto, y a los que no nos lo parece, lo decimos. Para terminar, sabemos que recientemente de han dado casos de copias de fotos ajenas y premiadas en concursos, y otros casos de venta de fotos, también ajenas, y se les ha puesto a parir. No es el caso. Un saludo para ambos.

            • tolix, eres libre de que te guste o no, por supuesto. De hecho, me alegro de que haya gustos diferentes en este mundo. Enriquece. Lo que no entiendo es esa manía de poner etiquetas. Esto es fotografía y esto no. Esto es lo auténtico y eso otro una broma pesada.

              Si miramos al origen de la fotografía y su evolución, quizás tendríamos más cuidado (todos) de etiquetarla. Cada paso que da tiene un debate detrás. Realidad/Ficción; Pictoralismo/»Documentalismo»; Retoque/No retoque; Analógico/Digital… Se han ido superando debates, pasando pantallas y este también se superará. Me da igual llamarle fotografía, postfotografía, apropiacionismo o vivalapepa. Creo que el nombre es lo menos importante. Creo que el el origen de las fotografías de las que está compuesto un trabajo es lo de menos. Quiero juzgar un trabajo por su calidad, por su mensaje, por la forma en la que se ha resuelto, sea más clásico o contemporáneo, sea documentalista o personal. Las etiquetas las dejo a un lado.

              Y he de reconocer que yo también pensaba como tú y tenía prácticamente el mismo discurso y los mismos argumentos. Pero fui consiguiendo abrir la mente y dejar de poner etiquetas. Créeme si te digo que fue una liberación. Empecé a disfrutar mucho más de los proyectos que veía. Y sigo haciéndolo.

              No quiero decir con esto que sea el camino que todo el mundo tiene que tomar, ni muchísimo menos. Pero sí es verdad que suelo ver mucha falta de respeto a este tipo de trabajos, juzgando otras cosas muy diferentes al contenido y al mensaje, en definitiva, al resultado final. A mí simplemente me gustaría que hubiese respeto a proyectos de esta clase. Y en general, no suelo verlo. Casi todos los que aprecian y realizan nuevas formas de hacer y ver otros tipos de fotografía han pasado por posturas como la que tú estás planteando aquí, pero simplemente han tirado hacia otros caminos, han abierto la mente o se han dejado seducir por resultados sin importar de si el mismo sale de una cámara de placas, una de 35mm, una digital o un ordenador.

              Disculpas por el tocho y enhorabuena a todos, en esta época en el que el respeto a opiniones ajenas en Internet y sin el cara a cara está en horas bajas, asistir a un debate respetuoso y con argumentos de agradece.

              Sed felices y buenas fotos (o pantallazos).

              😉

  3. Como si quieres hacer fotografía en base a capturas de pantalla del gtav, mi nick contendra la palabra ano, pero todos tus comentarios tolix van desde el desprecio y la negatividad, tal vez alguna clase de frustracion… la fotografía jovenzuelo… algún día comprenderás que es un simple modo de comunicarte, como puede ser la escritura, puedes escribir microrelatos en una servilleta, y sigue siendo escritura, así que tu querido aprendiz padawan, deberías disfrutar y no criticar, be water my friend, y no dejes de difundir las bondades y lo acertado que fue tu cambio a las sin espejo

  4. Puede que Google Street View contenga hermosas fotografías, puede que la «mierda de artista» de Piero Manzoni sea arte (él pensaba que no), puede que Evgen Bavcar y otros fotógrafos ciegos sean genios incomprendidos… Yo tengo claro que meter mierda (o talco) en un bote no es más artístico que dejarla en la taza del WC, que Jacqui Kenny merece mis respetos y mi simpatía (pero las fotos no las hace ella) y que Evgen Bavcar deja que su ayudante de turno prepare el set, encuadre la imagen y revele las fotos. Datos objetivos.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.