Aunque la última vez que probamos un f0.95 costaba más de 8000 euros y tenía un tamaño considerable, con el TT Artisan 50 mm f0.95 todo es bastante más modesto, tanto sus dimensiones como un precio que no llega a los 300 euros.
Es verdad que hablamos de una óptica totalmente manual y para cámaras APS-C, pero pese a ello teníamos curiosidad de ver si un objetivo tan económico y con esta apertura realmente es interesante.
Así que lo hemos montado una Sony A6600 -hay versiones para casi cualquier montura imaginable- y durante unos días lo hemos estado probando para ver cómo es esto de la luminosidad extrema y low cost.
¿Y cómo es trabajar a f0,95 con una focal equivalente a 75 milímetros? ¿Realmente son aprovechables las fotos a máxima apertura? ¿Es tan espectacular el bokeh cómo cabe imaginar? De todo eso hablamos en el vídeo de ahí arriba pero, como siempre, compartimos por aquí una galería de muestras y algunos de los puntos fuertes y débiles de esta curiosa óptica.
¿Aspecto clásico?
Si su diseño con aires clásicos es un acierto o una horterada depende de a quién le preguntemos. Lo que hay que reconocer es que la caja en la que viene tiene cierta prestancia, que la construcción metálica y sus más de 400 gramos en las manos hace que parezca una pieza seria y que esos números de apertura y enfoque con cierto aire Leica tienen su gracia.
Más allá de esta primera impresión, hay ciertas holguras en los anillos y esa percepción premium no dura demasiado. Que tampoco es ninguna sorpresa teniendo en cuenta que hablamos de una óptica muy económica.
Trabajar a f0.95 y sin confirmación de foco no es nada fácil. La profundidad de campo es mínima, así que por mucho peaking focus y ampliación de foco que tengamos en pantalla, hay que estar muy atentos y asumir que necesitaremos cierta práctica -y algo de suerte- para atinar con el foco.
Máxima apertura
Pero eso no es un problema, sino lo lógico para una óptica de esta focal y apertura. La cosa se complica al empezar a revisar las fotos, ampliarlas y tener la sensación de que no hay foco. En algunas puede ser, en otras sencillamente es que no hay detalle porque el rendimiento a máxima apertura incluso en el centro es bastante pobre.
Es verdad que conseguimos prácticamente borrar el fondo y que si no somos muy exigentes con el bokeh -¿hay que recordar de nuevo el precio?- el efecto tiene su punto dramático y bastante resultón.
El problema es al sacar la lupa y ver que nos tenemos que ir a f2 para tener resultados más o menos en condiciones, aunque es a f5.6 y f8 cuando la óptica rinde mejor.
También hemos detectado un acusado focus breathing (la focal varía ligeramente al cambiar el foco) y que hay que tener en cuenta a la hora de grabar vídeo donde, lógicamente, se reproducen los problemas de falta de detalle al trabajar a máxima apertura.
¿Merece la pena?
La verdad es que el precio es tentador. En el momento de escribir esto se puede encontrar por menos de 300 euros. No confundir, por cierto, con el 50 mm f0.95 para Leica que ofrece esta misma marca y cuyo precio es más del doble.
Si vamos a caer en la tentación, eso sí, hay que tener claro lo que estamos comprando: un objetivo muy luminoso, de calidad muy justa a máxima apertura pero que puede dar cierto juego creativo si asumimos sus limitaciones.
Chollazo
Coincido
Casi seguro se obtendrá mejor rendimiento (nitidez seguro) y a menor precio, usando un viejo 50 1.4 con un speedbooster. Ahi lo dejo…
Mi experiencia con un 7Artisan 55mm 1.4 Mark II frente a un Rokkor 58mm 1.4 de 1966 dice lo contrario sobre todo a máxima apertura, es mejor el chino. Ahora bien, con los dos nuevos es posible que el resultado fuese diferente.
Hace un par de años que tengo un 7’5mm 2.8 de 7 Artisans, para m4/3. Cuando vi esta nueva marca, al principio pensaba que se habían cambiado de nombre o algo así, por el tremendo parecido en el nombre.
Si los precios son similares, y la calidad va más o menos pareja al que tengo yo, es una gran compra para juguetear.
Al final es lo que comentáis. Por ese precio no va a tener la calidad de un objetivo de 1000€, pero como objetivo para iniciarse e ir practicando están geniales. Y a veces ni eso. Si vas a subir la foto a una red social, entre el redimensionado y la pérdida de calidad, al final se nota muy poco, y hasta podría pasar por una lente antigua o simplemente diferente. Como hace unos años que se puso de moda hacer fotos con lentes de plástico o con objetivos rusos vintage, solo por el tipo de efecto que añadían a las fotos.