Si algo ha generado debates por aquí en todos estos años es la relación que los fotógrafos y fotógrafas tienen con sus cámaras. Sobre todo entre aquellos que establecen una especie de amor eterno e inquebrantable con una marca. Siempre unilateral y no correspondido, eso sí, pero pobre del que se atreva a cuestionar algo de la cámara o compañía en cuestión.
El caso es que un tema tan recurrente como este tenía que entrar sí o sí en las charlas que de vez en cuando tenemos con nuestro amigo y colaborador Antonio Garci. Encantado siempre de meterse en todos los jardines que haga falta, hoy desgranamos este peliagudo asunto.
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Yo empecé con Yashica a los 17 años. Desde entonces todo mi equipo ha sido Nikon; desde la Nikormat, FM2, FA, F4 y D700. Tengo más de 15 objetivos para ellas, todos con enfoque por tornillo en la cámara. También tuve una Minolta Maxum 7000 por la novedad del AF, y una SLT A65 por la versatilidad del video. Viendo después que Nikon no tenía cuerpos sin espejo para estos objetivos, ni con adaptador, me he pasado a SONY APS, y actualmente voy sobrado.
Hay quien establece una relación erótica con la cámara. Aunque la cantidad de objetivos que tiene es importante.
Recuerdo mi primera Reflex seria una Nikon 601 , maravillosa que decir de la F100 que la substituyo , analógicas de esas que debías repensar la foto , buscar el mejor momento.
De esa época salieron fotos para un libro sobre el clima , fotos que nunca cobré.
Después vino la deplorable experiencia con el digital , Olympus Pro con sus pilas que duraban com 24 fotos. Fuji Pro cuerpo de Nikon , ni recuerdo el resto pero ninguna con grato recuerdo .
Ahora y en otro pais por circunstancias laborales y tras un tiempo sin cámara , he conseguido una Fuji X100 , la primera versión , sin automatismos , con un visor hibrido y le estoy tomando otra vez el amor a una cámara.
¿Hay algún aficionado que compre una cámara sin gustarle?
Es como si un ebanista se enamora de una marca de taladros o un mecánico de su marca de llave inglesa. Las herramientas de trabajo son eso, herramientas. Lo de los aficionados sí es un mundo aparte basado en la apariencia y en las sensaciones particulares más que en rendimiento puro o eficacia, ya sea en bricolaje o en fotografía.